Dicen que hubo un tiempo en que una burbuja de aire se creó en la falda de un monte cuando una gran ola de hielo pasó por encima durante la glaciación. Sobrevivieron en ese lugar especies botánicas que hoy día sólo son visibles allí, como el rododendro gigante. Y quien sabe si buena parte de la vida vegetal que conocemos en el mediterráneo evolucionaría desde ese punto de partida. Ese pequeño arroyo que desemboca en el Guadarranque, pasa desapercibido entre bosques de alcornoques y rastros de fauna. Alimenta de brotes tiernos y da de beber a buena parte de los animales salvajes que viven mas al sur de la península ibérica. A ese lugar recóndito lo llaman, la garganta del agua. La maceta del hojaranzo vecino de las adelfas a la sombra del quejigo.