El perfil sur del continente europeo está salpicado de torreones. Poco importa hoy quien los hiciera, muchos de ellos han quedado inmersos en la nueva distribución del paisaje urbano y su valor monumental contemplados individualmente no adquiere la relevancia que tenía su funcionalidad en conjunto. Esta linea de fuego era la máxima expresión del trabajo colectivo en la defensa de una cultura. Hoy día esa cultura es la de los derechos humanos y su defensa a pesar de los argumentos macroeconómicos, debería ser el eje principal de toda actuación en la frontera. "El Vigía del Estrecho", adolece de clara intencionalidad política, pero es necesario reconocer el trabajo de Salvamento Marítimo. Tanto como de otras organizaciones europeas gubernamentales o no, que desempeñan esta labor.